Observamos, denunciamos y proponemos QUEREMOS VIDAS DIGNAS

Chinautla en construcción

La sexualidad, como la concebimos desde este espacio de observancia, invita a organizarnos socialmente para la vida plena y el cuidado de la Red de la Vida, conformando redes de afecto y de cuidado colectivo entre las personas. Ver mas.

Chinautla en construcción

Fátima Hidalgo / Estudiante UVG

 

Chinautla sufre varias fracturas estructurales que afecta el bienestar de la población que ahí habita, sobre todo de la juventud. Desde homicidios cometidos por pandillas, hasta empresas como la hidroeléctrica Río Las Vacas, ubicada cerca de la aldea San Antonio Las Flores, que restringe el acceso al agua potable.

Ante la explotación y las violencias, las autoridades parecen indolentes respecto a las situaciones que azoran. Sin embargo, las organizaciones comunitarias están presentes, peleando por una vida digna.

En el marco del Día Mundial de la Juventud, se realizó, en Santa Cruz, Chinautla, un festival orquestado por jóvenes poqomam integrantes, entre otras agrupaciones, a la Coordinadora Urbana de Organizaciones Comunitarias (COUR), la Asociación Mujeres en Solidaridad (AMES) y a la Asociación Nacional Contra el Maltrato Infantil (CONACMI), que convergen en la lucha por la educación y salud integral de las y los habitantes de ese municipio.

ASDasd

Entre la música de la marimba y los actos artísticos, se lanzó el mensaje a la población, especialmente a la niñez y juventud, de unirse a los proyectos que las organizaciones promueven para concientizar acerca de temas que les afectan como la degradación del ambiente o el machismo, y para trabajar en construir y deconstruirse de cara a una convivencia más sana.

De las organizaciones mencionadas, de los espacios religiosos, así como de otras alianzas en el municipio, nacen movimientos de jóvenes enfocados en continuar aprendiendo y en compartir los conocimientos adquiridos. Su labor se orienta a promover “comunidades amigables”, que llenan vacíos importantes, según Merci Hilario, joven integrante de la Fundación Pedro Poveda. “Se llaman así porque somos respetuosos con los otros. Si alguien no sabe algo, le enseñamos y aprendemos a la vez”, agrega.

En estas redes de conocimiento tejidas en las comunidades amigables que impulsa la juventud, se habla sobre salud sexual, drogas y reproducción, temas considerados tabú que son relevantes para su elección informada.

La juventud ha usado este conocimiento acumulado para compartirlo con las personas adultas de su alrededor y así romper el silencio sobre las violencias y la sexualidad; así, aunque los programas y capacitaciones se concentran en la niñez y adolescencia, la gente mayor se involucra y aprende al paso de la juventud. Los aprendizajes adquiridos en los diferentes talleres y capacitaciones les han servido para resistir a los problemas estructurales que les rodean.

“Convergemos varias comunidades de Chinautla, donde los jóvenes expresan su sentir acerca de vivir en un ambiente donde no reciben apoyo”, señala Amparo Sandoval, acompañante técnica de la COUR y una de las organizadoras del festival, quien nos cuenta sobre las dificultades que enfrenta el pueblo poqoman en Chinautla.

En este municipio, donde habitan 114 752 personas, de las cuales el 17.30 por ciento son de origen maya según el último censo de población y vivienda (2018). La población se enfrenta al racismo estructural, al machismo instalado en los hogares y a la contaminación de sus fuentes hídricas inmediatas a causa de los sistemas pobres de desagüe y la basura de las comunidades aledañas. Cada vez se consume más la tierra y junto a ella, las y los cientos de jóvenes expuestos a la realidad que los rodea.

“Somos jóvenes líderes que educan a otros jóvenes y niños”, agrega Michelle Santizo, quien participa en CONACMI y resalta cómo su labor dentro de esta asociación ha sido una experiencia que le ha cambiado la vida.  Tras cinco años participando en los diferentes espacios, ella destaca la importancia de involucrarse, no solo por la comunidad, sino por la posibilidad de adquirir herramientas para alcanzar sus sueños.

Las organizaciones no se limitan a acciones políticas, sino a crear espacios seguros para la juventud. Aun cuando pueda parecer desalentador el contexto, la resistencia abarca generaciones que se unen por un fin en común.

La lucha en Chinautla está lejos de terminar, sin embargo, cada vez son más las personas que se suman a las actividades, a los movimientos y a las organizaciones que trabajan por el bien de la juventud y el ambiente.  “Es una dicha saber que todavía estoy en etapa de conseguir más sueños, de apoyar a mis compañeros”, concluye Fátima. Si bien las condiciones no son ideales, la digna rabia juega un papel importante en las acciones de la población por comunidades sanas, seguras y educadas.