Partimos de que lo simbólico se concreta y expresa en la vida en todas sus formas, en los afectos, los cuerpos, la vida práctica, los lenguajes, en las inter-subjetividades. Lo simbólico contribuye a transformar diferentes ámbitos de la vida, a partir de la comprensión que hacemos desde el placer, la organización, el lenguaje (incluyendo el lenguaje corporal), el conocimiento y la religión, porque ahí se consolida y reproduce el orden simbólico.
Desde esta concepción nos permitimos crear otros y nuevos símbolos visuales, auditivos, gustativos, olfativos y táctiles que permiten construir y pensar el mundo y la vida de otras maneras.
Es así que en este espacio partimos de que lo simbólico emancipador es la construcción misma de la emancipación, no es un punto de llegada ni es estático, está en constante ebullición y de hecho tiene que estar en permanente transformación y cuestionamiento.
Recuperamos y compartimos aquellos símbolos emancipadores, que, desde diversas experiencias, se están creando para la construcción de formas alternativas de relacionarnos, que dan cuenta de un imaginario que coloca en el centro el cuidado de la Red de la Vida.
También se incluyen en esta sección, contenidos que contribuyan a mostrarnos cómo disciplinan y alienan nuestros cuerpos y nuestra vida desde una única mirada. Cómo desde las instituciones heteropatriarcales (iglesias, educación, medios de comunicación corporativos, militarismo, religiones…) se naturaliza el racismo, el sexismo, el autoritarismo, los fundamentalismos y el fascismo que nos limita a ser personas críticas y a construir esos nuevos símbolos para la existencia en equilibrio y armonía.