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El ser prohibido

La sexualidad, como la concebimos desde este espacio de observancia, invita a organizarnos socialmente para la vida plena y el cuidado de la Red de la Vida, conformando redes de afecto y de cuidado colectivo entre las personas. Ver mas.

El ser prohibido

Leslie Vásquez

Expresar, hablar, escuchar, disfrutar, soñar, elegir, amar, vivir; mientras nazcas, elijas o disfrutas como mujer.

Ser mujer por genética, por elección o por decisión -en un país como Guatemala- implica esforzarte el doble, pelear el doble, si quieres tener oportunidades de estudiar, trabajar, opinar, dirigir, decidir sobre ti y tu cuerpo; en suma, llevar a la práctica tus elecciones de vida, gustos y preferencias exige energías dobles. 

Es común que se te limite cuando no sigues las reglas sociales, por ejemplo, si te vistes diferente, si piensas distinto, si nunca soñaste en casarte, si no quieres tener hijos; igual porque no eres sumisa o alzas la voz, incluso te ven como hombre aunque estés en la búsqueda de ser libremente mujer.

Vivimos en un sistema -aunque abierto en algunos aspectos- te sigue juzgando, señalando y criminalizando sobre tu elección de género, de vida o de familia. La incidencia de la religión es una de las causas principales, además de las llamadas reglas sociales de género que difícilmente cambian. 

En estos tiempos, como mujeres por genética, decisión o elección vivimos una guerra personal y social, entre el soy y el debo ser; pero es más importante ganar la personal y dejarte llevar por tu ser, para estar más fuerte y pelear contra el deber ser…