Esta crisis me demostró que como mujeres y como trabajadoras tenemos derechos que deben ser cumplidos por el gobierno que fue electo por un pueblo, que los derechos no son un regalo porque nos pertenecen ni tampoco son un favor porque todas las instituciones del Estado tienen la obligación de garantizar alimentación, salud, estudio, trabajo.
Al conversar con otras mujeres que sostienen económicamente a sus familias ya sea en el comercio, servicios o industria, me comentaron que para ellas era imposible dejar de salir a trabajar, su motivo: El amor a sus seres queridos, la responsabilidad de traer el sustento diario a su familia. Coinciden: “la pandemia nos ha traído muchos cambios en la vida”.
Una de ellas logró “poder surtir mi tiendita a pesar de la pandemia, tener trabajo, ya que muchos lo perdieron, compartir con mi familia cuando hubieron restricciones”. Laura, quien trabaja en la industria y es sindicalista, relata: “gracias al pacto colectivo, las condiciones en el trabajo son favorables nos sentimos tranquilos y seguros y la empresa se beneficia de ello también”.
Es maravilloso escuchar las reflexiones de otras mujeres como Jackeline, Virginia, Valeria, Olinda, Alberta y Nadia, quienes enfrentaron momentos difíciles a raíz de la llegada del Covid: “tengo disponibilidad a hacer nuevas cosas… he aprendido de errores y también a valorarme y cuidarme… tuve tiempo de hacer lo que me gusta, no todo es queja porque dentro de todo hay cosas positivas… Soy valiente, amorosa y sonriente, capaz y creativa, solidaria… aprendí a usar las redes, conquiste ese medio… tengo buena actitud, soy una mujer digna, me siento dignificada”. Y usted ¿cuál es su mirada, qué ha significado vivir en pandemia?